Si me voy este otoño
entiérrame bajo el oro pequeño de los trigos,
en el campo,
para seguir cantando a la interperie.
No amortajes mi cuerpo.
No me escondas en tumbas de granito.
Mi alma ha sido un golpe de tempestad,
un grito abierto en canal,
un magnífico semental
que embarazó a la palabra con los ecos de dios,
y no quiero rondar, tiritando,
mi futuro hogar,
mientras la nieve acumula
con ademán piadoso
sus copos a mis pies.
Yo quiero que la boca del agua
me exorcise el espíritu,
que me bautice el viento,
que me envuelva en su sábana cálida la tierra
si me voy este otoño.
*Enriqueta Ochoa
Nació en Torreón, Coahuila, el 2 de mayo de 1928. Profesora normalista. Desde muy joven se dedicó a la poesía y su primer libro, Las urgencias de un Dios (1950) la convirtió, desde entonces, en una poeta con estilo definido y firme. Ha ejercido el periodismo y la docencia en diversas universidades nacionales e internacionales.
Ha formado a gran cantidad de escritores y poetas. Entre sus obras destacan: Los himnos del ciego (1968), Las vírgenes terrestres (1969), Cartas para el hermano (1969), Retorno de Electra (1973), Bajo el oro pequeño de los trigos (1984), Canción a Moisés (1984), Enriqueta Ochoa de bolsillo (1990) y Enriqueta Ochoa, UNAM, Material de Lectura (1992). Su poesía ha sido incluida en varias antologías y forma parte de la colección Voz Viva de México, UNAM, 1992.
entiérrame bajo el oro pequeño de los trigos,
en el campo,
para seguir cantando a la interperie.
No amortajes mi cuerpo.
No me escondas en tumbas de granito.
Mi alma ha sido un golpe de tempestad,
un grito abierto en canal,
un magnífico semental
que embarazó a la palabra con los ecos de dios,
y no quiero rondar, tiritando,
mi futuro hogar,
mientras la nieve acumula
con ademán piadoso
sus copos a mis pies.
Yo quiero que la boca del agua
me exorcise el espíritu,
que me bautice el viento,
que me envuelva en su sábana cálida la tierra
si me voy este otoño.
*Enriqueta Ochoa
Nació en Torreón, Coahuila, el 2 de mayo de 1928. Profesora normalista. Desde muy joven se dedicó a la poesía y su primer libro, Las urgencias de un Dios (1950) la convirtió, desde entonces, en una poeta con estilo definido y firme. Ha ejercido el periodismo y la docencia en diversas universidades nacionales e internacionales.
Ha formado a gran cantidad de escritores y poetas. Entre sus obras destacan: Los himnos del ciego (1968), Las vírgenes terrestres (1969), Cartas para el hermano (1969), Retorno de Electra (1973), Bajo el oro pequeño de los trigos (1984), Canción a Moisés (1984), Enriqueta Ochoa de bolsillo (1990) y Enriqueta Ochoa, UNAM, Material de Lectura (1992). Su poesía ha sido incluida en varias antologías y forma parte de la colección Voz Viva de México, UNAM, 1992.
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