Dejo caer el látigo duro de mi voz y lo que más amo, lastimo. Dejo caer la ola súbita de mi ira en cada palpitación y lo que más amo, lastimo. Dejo caer mi dignidad herida, como bolsa de hiel que se revienta y lo que más amo, lastimo. Saco la frazada de mi amor -a mordiscos, a puntapiés despedazada- y te quiero cubrir, se te clavan sus puntas de hielo desdentado, aúllas de dolor y yo te amo, te quiero cubrir, ponerte a salvo de los colmillos negros de la vida. *Tomado también, de Canción de Moisés.
en la luz primera guardé mi voz