Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2013

Fragmento IV de "Guardador de rebaños"/ Alberto Caeiro (Fernando Pessoa)

Esta tarde cayó una tormenta Bajó por las laderas del cielo Como un pedrusco enorme... Como cuando alguien desde una ventana alta Sacude un mantel, Y las migajas, por caer todas juntas, Hacen algo de ruido al caer, La lluvia cayó del cielo Y ennegreció los caminos... Cuando los relámpagos sacudían el aire Y abanicaban el espacio Como un gran cabeza que dice no, No sé por qué -yo no tenía miedo- Me puse a rezarle a santa Bárbara Como si yo fuese la tía vieja de alguien... Ah, es que rezando a santa Bárbara Yo me sentía aun más sencillo De lo que creo ser... Me sentía familiar y hogareño Y habiendo pasado la vida Tranquilamente, como el muro de la huerta... Tengo ideas y sentimientos por tenerlos Como una flor tiene perfume y color... Me sentía alguien que puede creer en santa Bárbara... ¡Ah, poder creer en santa Bárbara! Quien crea que existe santa Bárbara Pensará que ella es alguien y es visible o ¿qué pensará de ella? (¡Qué artificio! ¿Qué saben Las

Estabamos en eso de salvarnos / María Rivera

Estábamos en eso de salvarnos, estábamos      amargos y oscuros      sobre el caballo del tiempo. Tú no me veías,       debí saberlo. Tú no me veías      zozobrando. Una tarde sembré un brazo de siempreviva      porque estábamos en eso de salvarnos      y yo pensaba en los retoños        con apasionada inocencia,      mientras el mar, su cadera turbulenta,      nos arrojaba entre médanos de niebla. Era el cielo tendido entre dos mares,      el grito acallado en la garganta      con hirvientes alfileres, pero estábamos en eso de salvarnos,      porque pensaba "qué hermoso sería      salvarse entre dos manos".  Porque estábamos en eso de salvarnos      caminé tras de otros pasos      con la voz atenazada por la asfixia,      una urgencia de metales y campanas,      mientras las llamas devoraban      la maleza que crecía entre nosotros. Porque estábamos en eso de salvarnos,      quise entregarme a la delicia del ensueño      en una habitación donde la sangre       y su ramo ca