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Mostrando entradas de octubre, 2007

ELEGÍA FRENTE AL RÍO / Efraín Bartolomé

...el triste corazón de los humanos. Percy B. Shelley Las once de la noche y el trópico descansa de un combate feroz contra sí mismo Vuelan nocturnas mariposas torpes Hiende la luz el agua Canta un sapo en la sombra que parte en dos la noche: denso muro de grillos Y estoy aquí sin tus libros a mano Oigo pasar el río que un kilómetro abajo se junta con el mar Fluye despacio la memoria: te conocí bajo el árbol de imágenes con el que reconstruiste el universo Pardeaban los sesenta Se hacía más confusa la confusión de los dieciséis años Adivino la palabra por tu voz de algún modo Pero sucede que no será posible decírtelo ni oírte ni mostrarte jamás mi primer libro A veces la vida muestra todo su obsceno resplandor Entonces el tiempo es una gota congelada un golpe suave que nos calla un segundo y fija con extraño poder la circunstancia Sucedió hace dos noch

Marianne / Enriqueta Ochoa

Después de leer tantas cosas eruditas estoy cansada, hija, por no tener los pies más fuertes y más duro el riñón para andar los caminos que me faltan. Perdona este reniego pasajero al no encontrar mi ubicación precisa y pasarme el insomnio acodada en la ventana cuando la lluvia cae, pensando en la rabia que muerde la relación del hombre con el hombre; ahondando el túnel cada vez más estrecho de esta soledad —en sí , un poco la muerte anticipada. Qué bueno que naciste con la cabeza en su sitio que no se te achica la palabra en el miedo, que me has visto morir en mí misma cada instante buscando a Dios, al hombre, al milagro. Tú sabes que nacimos desnudos, en total desamparo, y no te importa ni te s

Presagio / Margarita Paz Paredes

Es noche de diciembre y un presagio más agudo que el frío de todos los inviernos se aposenta en mi alma, en mi alma, donde un fuego puntual sigue licuando, lenta, pacientemente, los granizos hostiles del río congelado de lo sueños. Y el presagio es apenas un lamento indeciso, que no logra, integrarse en el llanto. Mi sangre es un oleaje agresivo y demente, en que navegan barcos fantasmas, sin piloto, hacia innombrables puertos donde atracan gaviotas de alas despedazadas por cuchillos violentos. Quiero saber mi historia, mi ubicación, mi nombre, mis pasos anhelantes por la tierra. Quiero tocar mis manos y mi frente, sorprender un calor sobre la estepa de mi piel dormida. Pero ya nada sé, nada interrumpe el enjambre tenaz de la vigilia. Pegajoso silencio se adhiere a las fronteras de mi sombra y una mortal indiferencia invade el espacio vacío. ¿Cómo, entonces, emprender un regreso para encontrar la ruta perdida entre la niebla? ¿Dónde la voz que se apagó en la tarde? ¿Por qué el amor, qu

fragmento de “Día 9 llagado de su desamor” de "Sindbad el varado"/ Gilberto Owen

Hoy me quito la máscara y me miras vacío y ves en mis paredes los trozos de papel no desteñido donde habitaban tus retratos, y arriba ves las cicatrices de sus clavos. De aquel rincón manaba el chorro de los ecos, aquí abría su puerta a dos fantasmas el espejo, allí crujió la grávida cama de los suplicios, por allá entraba el sol a redimirnos. Iba la voz sonámbula del pecho combo al pecho, sin tenerse a clamar en el desierto; ahora la ves, quemada y sin audiencia, esparcir sus cenizas por la arena. Iba la luz jugando de tus dientes a mis ojos, su llamarada negra te subía de los hombros, se desmayaba en sus deliquios en tus manos, su clavel ululaba en mi arrebato. Ahora es el desvelo con su gota de agua y su cuenta de endrinas ovejas descarriadas, porque no viven ya en mi carne los seis sentidos mágicos de antes, por mi razón, sin guerra, entumecida, y el despecho de oírte: "Siempre seré tu amiga

CIÑETE A MÍ/ WALT WHITMAN

Cíñete a mí, noche del seno desnudo; cíñete a mí, noche ardiente y nutricia! Noche de vientos del Sur, noche de grandes y pocos luceros, tú, que en la paz cabeceas, loca, desnuda noche de estío. Voluptuosa sonríe, ¡oh, tierra de fresco aliento ! Tierra de árboles adormilados y líquidos, tierra ya sin luz del ocaso, tierra de montes con cumbre de niebla, tierra donde derrama cristales el plenilunio azulado, tierra con manchas de luz y de sombra en las aguas del río, tierra de límpido gris y de nubes que para mí son más vivas y claras, tierra de abrazo anchuroso, tierra ataviada con flor de manzano sonríe ya, que tu amante se acerca. Versión de Màrie Manent