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qué confusión / Reina María Rodríguez *

qué confusión me invade cuando despierto y sé que estas cerca qué confusión me invade cuando despierto y no te puedo abrazar hasta fundirme sudorosa al caos de las cosas. el sonido de mi corazón (como patas de caballo) golpea mi sangre acelerada por el vino. qué confusión me invade y no te puedo abrazar -animal magnífico que inventé contra mi soledad y que desprecio por ser tan vulnerable-. reseca está la arena donde ni un escombro ha quedado, sólo patas de caballo que levantan su dolor con esfuerzo. * Tomado de http://www.amediavoz.com/rodriguezReina.htm#zona%20de%20confianza  
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zona de confianza / Reina María Rodríguez *

te quiero cuando voy a desprenderme y la soledad me aplasta más que la gravedad contra el sonido constante del avión que a veces se hace irregular para que tiemble el abismo no el abismo del aire sino en su vertiginosa y profunda caída en el tiempo. porque las noches son lagunas en las que me asomo bocabajo en un espejo cóncavo en estos países donde los hombres son malos y buenos –como dicen los niños- y uno no sabe quién es porque en ninguno puede reconocerse. es un terror el mundo sin límite de mi cabeza sin un lugar exacto para descansar con los ojos cerrados la tranquilidad de su paisaje. te quiero       para no pensar en la muerte y sólo sea ésta una sucesión en el espacio las pequeñas fugas de la luz. para no creer en la soledad de la tierra como una nave oscura vagando por lugares desiertos porque si uno piensa en la muerte es porque cree en el olvido y nunca voy a saber quién soy si dejo la e

Fiesta en el vacío / Alejandra Pizarnik *

Como el viento sin alas encerrado en mis ojos es la llamada de la muerte. Sólo un ángel me enlazará al sol. Dónde el ángel, dónde su palabra. Oh perforar con vino la suave necesidad de ser. * Tomado de Poesía completa (1955 - 1972) del libro "Las aventuras perdidas" en https://drive.google.com/file/d/1hJ6HpbYho3WdwIFMGDV4p3GyvPvjQOAj/view?fbclid=IwAR1WZLO6GcggPNzJlqoGDKis2ZfuhS0OzL7oQxqwyHkJVJPUTiWqVf5Qltg

Origen / Alejandra Pizarnik*

Hay que salvar al viento los pájaros queman el viento en los cabellos de la mujer solitaria que regresa de la naturaleza y teje tormentos Hay que salvar al viento * Tomado de Poesía completa (1955 - 1972) del libro "La última inocencia" en https://drive.google.com/file/d/1hJ6HpbYho3WdwIFMGDV4p3GyvPvjQOAj/view?fbclid=IwAR1WZLO6GcggPNzJlqoGDKis2ZfuhS0OzL7oQxqwyHkJVJPUTiWqVf5Qltg

Razones del samurai / Vicente Quirarte

Para mi madre y mis hermanos Nada que no tuviera el antiguo sabor de la derrota: el inútil trabajo del incendio o la mitad del bosque; la cólera tejida de la espuma —corona, un solo instante, del encaje del mar sobre la roca—, espejo aliado fue de sus acciones. Por eso sus victorias tuvieron el estrépito de lo que nace próximo al desastre: el idiota que atreve un 'yo deseo ', la lluvia que se viene en el verano para encender la sed con más violencia, de la niñez el vuelo interrumpido cuando la fiesta apenas comenzaba. I A las tres de la tarde de aquel trece de marzo, la voz de mi hermano Ignacio en el teléfono: '¿Puedes regresar?' Y yo que quería contarle del alba en California; del cartel de la ballena jorobada —cuarenta toneladas de energía saltando en algún lugar de Alaska—; del libro sobre la ballena spermacetti, la Moby Dick que acometió al Pequod y echó a pique los sueños de su capitán alucinad

Apuntes para una declaración de fe / Rosario Castellanos

El mundo gime estéril como un hongo. Es la hoja caduca y sin viento en otoño, La uva pisoteada en el lagar del tiempo pródiga en zumos agrios y letales. Es esta rueda isócrona fija entre cuatro cirios, esta nube exprimida y paralítica y esta sangre blancuzca en un tubo de ensayo. La soledad trazó su paisaje de escombros. La desnudez hostil es su cifra ante el hombre. Sin embargo, recuerdo... En un día de amor yo bajé hasta la tierra: vibraba como un pájaro crucificado en vuelo y olía a hierba húmeda, a cabellera suelta, a cuerpo traspasado de sol al mediodía. Era como un durazno o como una mejilla y encerraba la dicha como los labios encierran un beso. Ese día de amor yo fui como la tierra: sus jugos me sitiaban tumultuosos y dulces y la raíz bebía con mis poros el aire y un rumor galopaba desde siempre para encontrar los cauces de mi oreja. Al través de mi piel corrían las edades: se hacía la luz, se desgarraba el cielo y se extasiaba -eterno- frente al mar

La cartomancia / Olga Orozco

Oye ladrar los perros que indagan el linaje de las sombras, óyelos desgarrar la tela del presagio. Escucha. Alguien avanza y las maderas crujen debajo de tus pies como si            huyeras sin cesar y sin cesar llegaras. Tú sellaste las puertas con tu nombre inscripto en           las cenizas de ayer y de mañana. Pero alguien ha llegado. Y otros rostros te soplan el rostro en los espejos donde ya no eres más que una bujía desgarrada, una luna invadida debajo de las aguas por triunfos y           combates, por helechos. Aquí está lo que es,lo que fue, lo que vendrá, lo que           puede venir. Siete respuestas tienes para siete preguntas. Lo atestigua tu carta que es el signo del Mundo: a tu derecha el Ángel, a tu izquierda el Demonio. ¿Quién llama?, ¿pero quién llama desde tu           nacimiento hasta tu muerte con una llave rota, con un anillo que hace años fue            enterrado? ¿Quiénes planean sobre sus propios pasos como           una bandada de a