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Mostrando entradas de julio, 2007

Efrían Huerta / ALELUYA COCODRILOS SEXUALES ALELUYA

Para ella que me mira morir El gran río penetró la roca viva y se adelgazó hasta el miedo y el estruendo se hizo rayo se hizo ruina se hizo tonto esqueleto y hoy padece a lo largo de pieles de tigre a la orilla del cocodrilo que me sueña y me hunde en el naufragio de su carne tan blanca oh carne nacarada en medio de la arena como tú y estas dos medallas de oro que muerdo dalias de vida y de martirio y en ellas me retrato y consigo el descenso al dulce infierno de tu vientre y de nuevo los dientes ah malditos ah maldita tú también larga bestia ululante despierta lengua en aquel círculo de asesinos (Pierde toda esperanza amor mío) de almas danzantes albas cool cool cool cool jazz ¡Bríndamelo por fin Aleluya Aleluya magnífico Grijalba muerto de frío de rocas y pañuelos rojos Piérdete adelgázate hasta la soledad de los cocodrilos que agonizan

POEMA 1, 2 Y 3 DE MIGUEL HERNÁNEZ (1917/1938)

CANCIONERO Y ROMANCERO DE AUSENCIAS (1938-1941) [1] Ropas con su olor, paños con su aroma. Se alejó en su cuerpo, me dejó en sus ropas. Luchas sin calor, sábana de sombra. Se ausentó en su cuerpo. Se quedó en sus ropas. [2] Negros ojos negros. El mundo se abría sobre sus pestañas de negras distancias. Dorada mirada. El mundo se cierra sobre sus pestañas lluviosas y negras. [3] No quiso ser. No conoció el encuentro del hombre y la mujer. El amoroso vello no pudo florecer. Detuvo sus sentidos negándose a saber y descendieron diáfanos ante el amanecer. Vio turbio su mañana y se quedó en su ayer. No quiso ser.

DE DÓNDE HAS LLEGADO / ANA ISTARÚ

De dónde has llegado, hombre dormido. Qué nube te vertió, qué carabela. Quién te autoriza a este derrame de nenúfares, quién deslizó en tu tez el pájaro de plata. Te posas en mi lecho con descuido: eres un ángel olvidado dentro de un camarote. Yo no comprendo este hombre tan extenso. No puedo ya dormir: mi sábana se empeña en ser un viento alisio, la flor de lavanda . Mi almohada, que retoma su viaje de gaviotas. Mis antiguos zapatos, dos erizos. Y este hombre puqueñito , desnudo sin siquiera una gardenia. Porque mi manos vuela a su incauta porcelana a su carne de membrillos. Qué contratiempo Qué miraré otra vez ya nunca si solo puedo mirar mi visitante. De dónde vino la zarza de tu ceja los dos puntos de cobre de tu tórax . Qué pana buscaré si no tu vello Qué vaso, qué beso, qué ribera sin tu boca hombre dormido Qué pan de oro sin tu sueño

ALGÚN DÍA / ANA ISTARÚ

Algún día algún misterioso día húmedo me volcaré en mí misma para siempre, y no podrá nadie llamarme por mi nombre, porque seré un encierro de paz, único y eterno. Algún día húmedo, con el sello infinito de dos palabras: no volveré. Y la vida abierta y dolorosa bajará rodando por las gradas. De "Poesía escogida" 2002

FELICES LOS NORMALES / ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR

Felices los normales, esos seres extraños, Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente, Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida, Los que no han sido calcinados por un amor devorante, Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más, Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros, Los satisfechos, los gordos, los lindos, Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí, Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura, Los flautistas acompañados por ratones, Los vendedores y sus compradores, Los caballeros ligeramente sobrehumanos, Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos, Los delicados, los sensatos, los finos, Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles. Felices las aves, el estiércol, las piedras. Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños, Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan Y nos construyen, los más locos que sus madres, los m

Con Diez Años De Menos / Silvio Rodríguez

Si fuera diez años más joven, qué feliz y qué descamisado el tono de decir: cada palabra desatando un temporal y enloqueciendo la etiqueta ocasional. Los años son, pues, mi mordaza, oh mujer; sé demasiado me convierto en mi saber. Quisiera haberte conocido años atrás para sacar chispas del agua que me das, para empuñar la alevosía y el candor y saber olvidar mejor. Esta mujer propone que salte y me estrelle contra un muro de piedras que alza en el cielo. Y como combustible me llena de anhelos, de besos sin promesa y sentencias sin leyes. Esta mujer propone un pacto que selle la tierra con el viento, la luz con la sombra. Invoca los misterios del tiempo y me nombra. Esta mujer propone que salte y me estrelle sólo para verle, sólo para amarle, sólo para serle, solo y no olvidarle. Con diez años de menos, no habría esperado por sus proposiciones y hubiera corrido como una fiera al lecho en que nos conocimos, impúdico y sangriento, divino y alado. Con diez años de menos, habría blasfe